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Malezas y su daño en el cultivo de maíz

El cultivo y las malezas compiten por el mismo complejo de nutrientes, en consecuencia cambios en los niveles de fertilidad del suelo pueden alterar la interacción de competencia entre ellos.

Daños ocasionados por la maleza

El manejo adecuado del cultivo de maíz exige la integración coordinada de distintos factores de producción. La relación que guardan éstos entre sí es sumamente estrecha, de tal manera que la acción desfavorable de uno de ellos puede llegar a limitar la expresión óptima de los otros. Dentro de éstos, el control de malezas constituye uno de los factores de mayor incidencia.

El desarrollo de cualquier estrategia de control requiere principalmente del conocimiento de la merma en el rendimiento causada por las malezas y el momento de su mayor incidencia en el cultivo, lo cual depende principalmente de las especies y su densidad. Cuando la competencia es ejercida por una comunidad vegetal integrada por especies gramíneas y latifoliadas, el máximo período de interferencia tolerado por el cultivo sin afectar su rendimiento se produce antes de la 6a u 8ª hoja del cultivo (Rossi et al., 1989). 

Son las pérdidas ocasionadas por el efecto de interferencia (competencia y/o alelopatía) generado por las malezas no controladas o que “escapan” a las prácticas de control, se estiman entre un 10 -15 %.

´Métodos de control de malezas

Se consideran principalmente los métodos culturales, mecánicos y químicos. El control CULTURAL contempla el manejo del cultivo con el objetivo de incrementar su capacidad para captar los recursos del medio en presencia de malezas. Si bien el maíz no es un cultivo con alta capacidad competitiva, el logro de un correcto manejo del cultivo contribuye favorablemente a su complementación con otras prácticas de control. La base necesaria para un correcto control cultural se sustenta en el manejo de:
Materiales genéticos acordes con la zona de producción y fecha de siembra.
Adecuada rotación de cultivos.
Correcta preparación del barbecho y cama de siembra.
Adecuada densidad del cultivo.
Fertilización (según cantidad de nutrientes disponibles en el suelo).
Manejo del agua en sistemas con riego complementario.
Control de plagas y enfermedades

El control QUÍMICO es uno de los métodos más eficaces para el control de las malezas, tanto en sistemas de labranza convencional o conservacionista. Sin embargo, un correcto manejo del cultivo constituye uno de los factores más imprescindibles para hacer eficiente el control con herbicida. El éxito del control químico de malezas depende de innumerables factores, entre ellos la especie (anuales o perennes, gramíneas o latifoliadas) y su estado de desarrollo, la correcta elección y aplicación del herbicida/s, las características del suelo (pH, materia orgánica, textura, etc.) y las condiciones edafo – climáticas al momento de la aplicación (principalmente temperatura y humedad), entre otros.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Eyhérabide, G. (2015) Bases para el cultivo de Maíz. Control de Malezas (pp. 203-205) Argentina. INSTITUTO NACIONAL TECNOLOGÍA AGROPECUARIA